El otro día, los estrenamos. Los sacamos de sus cubos, los ordenamos bien en la mesa, de forma que pudiéramos ver bien que dibujo tenia cada sello, preparamos la tinta y el papel y nos pusimos manos a la obra.
Le gustó mucho el mecanismo. Poníamos el sello en la tinta y apretábamos un poco, luego lo colocábamos en el papel y apretábamos otra vez.
Y allí teníamos nuestros sellos perfectamente estampados.
Fue muy divertido ver como empezaba a experimentar: presionar el papel dos veces seguidas y ver que el segundo quedaba mas flojo, no apretar el sello bien en el papel y que no quedara todo el sello marcado, mover el papel y que el sello quedara borroso...
Y así quedó nuestro papel lleno de sellos. Ahora nos queda aprender a estar quietos mientras mamá saca fotos para que no queden borrosas.
Luego le propuse estampar sellos en un dibujo y aceptó encantada. Le pinte un campo con árboles y ella estampó hadas para convertirlo en el bosque de las hadas.
Esta fue la idea original que tenía yo cuando compré estos sellos. Me parecen geniales para estampar encima de algún paisaje y así escenificar historias.
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